Un poblador de Azotey relató cómo viven con un “miedo impresionante” por culpa del EPP.
Un oyente previamente identificado habló en la 780 AM sobre la manera en la que viven en Azotey debido al peligro que significa estar en un área considerada de influencia del autodenominado EPP. “Desde las 19:00 todo el mundo está encerrado en su casa”, inició diciendo el poblador.
“Ya no se sabe quién es quién (…) Acá estamos ciudadanos comunes, nos torturan con preguntas, tenemos miedo también de los policías (…) No tenemos dónde recurrir para denunciar estas cosas”, lamentó. Dijo que la información que ellos manejan apenas son “verdades a medias” y el temor de que a cualquiera le pueda pasar cualquier cosa, sin importar su condición social, es permanente.
Los policías, que están instalados junto con los militares bajo la etiqueta de Fuerzas de Tarea Conjunta no hacen nada, dijo. “Inutilidad por sobre todas las cosas, porque la zona es muy pequeña. Todo el día pensamos que nos asaltarán. No tenemos tiempo de pensar…”, lamentó el ciudadano.
“Osvaldo”, como pidió ser identificado, dijo que lo más triste de todo es que ni siquiera pueden salir del lugar. “Mucha gente piensa salir, pero en mi caso no, no tengo ni una posibilidad de salir y hacer otra cosa, a lo mejor las personas más pudientes…”, manifestó. Lo que le queda es “aprender” a vivir con ese miedo y enseñar a sus hijos cómo hacerlo, lo que completa el círculo, ya que tampoco hay posibilidades para ellos porque en la zona no hay atisbos de nuevas fuentes de trabajo.
“ENTRENAR” A LOS HIJOS
Escuchar una sirena, ver a los periodistas movilizarse o divisar un helicóptero son señales de que todos deben meterse bajo la cama, relató el poblador. Esto es algo que los niños ya saben muy bien, ya que a los padres no les quedó otra más que “enseñarles” cómo lidiar con el miedo.
La preocupación ahora es que están por empezar las clases, comentó. “Mandamos a los chicos a las clases pero no sabemos si van a volver. Tenemos miedo, es el factor principal”, repitió. Un ejemplo de ello fue el asesinato de la pareja de los alemanes asesinados, Robert Natto (60) y Érika Reiser (53), ya que se trata de gente de clase trabajadora.
ABC