Don Juan Princigalli Bruno, el primer intendente democrático de Concepción, celebra un siglo de historia con el corazón lleno de gratitud. Es recordado por una administración honesta, participativa y transparente en la Municipalidad de Concepción.

Hay hombres cuya vida se vuelve parte de la historia de una ciudad. Don Juan Princigalli Bruno es uno de ellos. Este jueves celebró sus 100 años de vida, rodeado del cariño de su familia, amigos y autoridades que quisieron rendirle homenaje.
Fue en 1991 cuando el pueblo de Concepción lo eligió como su primer intendente democrático. Caminaba todos los días desde su casa hasta la Municipalidad —unas siete cuadras— con la misma sencillez con la que gobernó. Sin escoltas, sin lujos. Al final de su mandato, dejó algo poco común: dinero en caja y ninguna deuda. Pero sobre todo, dejó respeto.
Este viernes, la gobernadora Liz Meza, autoridades de la ANR, además de familiares y amistades, participaron de la misa de acción de gracias oficiada por el padre Rufino Galeano, un momento cargado de emoción y memoria.
Don Juan agradeció cada gesto con una sonrisa serena y aprovechó para compartir algunas palabras sobre aquellos años en los que le tocó servir. Lo hizo con humildad, como siempre.
Concepción honra hoy no solo a un ex intendente, sino a un símbolo de lo que puede ser la política cuando se ejerce con decencia. Feliz centenario, Don Juan. Su vida nos inspira.
