El suboficial principal, Ramón Arias, se enteró de la muerte de su hijo en Arroyito, mientras estaba de misión en Haití. Considera que los militares no debieron salir tan desprotegidos en la zona, pues facilitó para que los atacantes «jueguen tiro al blanco» a los uniformados.

El suboficial es padre del sargento primero, Eder Arias, asesinado junto a siete compañeros por el grupo que sería de Alejandro Ramos, ex miembro del EPP.
Padre e hijo conversaban vía telefónica todos los días. En total son tres hermanos, todos militares, Diego había ido al Norte pero solo por un mes y Néstor trabaja en la Escolta Presidencial. «Eder prácticamente es el papá de sus hermanos cuando yo no estoy», expresó en Radio Monumental AM.
Era el mayor de los hermanos, debía quedarse por tres meses en la zona de influencia del EPP y volver a Asunción a fines de agosto, donde su madre ya lo esperaba para pasar unos días juntos.
Su padre mencionó que nunca entenderá por qué dejaron salir a los militares en esas condiciones, con un vehículo desprotegido. «Le jugaron tiro al blanco a mi hijo y a sus compañeros», se lamentó.
El suboficial debe regresar este 15 de setiembre a Haití, para continuar con su misión.
La madre, Leonora Cáceres, se encarga de organizar el último rezo este miércoles a las 18:00 en Mariscal Estigarribia, Chaco.
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El sábado 27 de agosto ocho militares de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) fueron emboscados entre los Núcleos 6 y 7 de Arroyito, departamento de Concepción.
Los fallecidos fueron identificados como subteniente Félix Fernández Duarte, sargento 1º Hugo Candia, suboficial 1º Lucio De Jesús Torrasca, vicesargento 1º Pablo Farías, sargento 1º Robert Fabián Cañete Pereira, vicesargento 1º Genaro de Jesús Arias, sargento 1º Éder Arias y el sargento 2º Sergio Daniel López.
Fuente: Uhora