Por Edgar Giménez Caballero, Laura Benítez, Miriam Karina Giménez, José Modesto Araujo
(Especialidad de Salud Pública. Dirección de posgrado, Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Concepción).

El impacto sanitario de la pandemia de COVID-19 puede cuantificarse directamente mediante los reportes de enfermos y fallecidos desde el primer caso detectado en marzo de 2020, convirtiendose ese año en la segunda causa de muerte en Paraguay.

Pero, en el ámbito sanitario, también ha ocasianado  otros efectos: a) la saturación del sistema de salud que limita la posibildad de atención de otras urgencias y de los pacientes crónicos, y b) el consumo intensivo y excesivo de recursos ya insuficientes para atender todas las necesidades.

Con el propósito de optimizar recursos, mejorar la eficiencia y la efectividad en el manejo de los casos, el Ministerio de Salud coordinó una reorganización de servicios públicos de salud. En Concepción, el Hospital Regional del Ministerio de Salud fue designado como hospital integrado respiratorio mientras que el Hospital Regional del Instituto de Previsión Social como hospital polivalente para la población con seguro y sin seguro, con cobertura departamental.

Pero, la nueva enfermedad ocasionada por el coronavirus SARS-Cov-2 (COVID-19) se sumó a la otras enfermedades que antes de la pandemia ya ponían al límite la capacidad del segmentado sistema de salud paraguayo: enfermedades crónicas, accidentes, epidemias recurrentes anuales como el dengue y enfermedades respiratorias.

Los recursos disponibles ya eran insuficientes para cubrir todas estas enfermedades y por ello, para solverntar los gastos, se ha recurrido y se sigue recurriendo al gasto de bolsillo de salud.  El resultado de este modelo de financiamiento ha sido que, de cada 100 mil Gs. gastados en el sistema de salud, 44 mil  Gs. proviene del bolsillo de la población, principalmente para comprar medicamentos y pagar por estudios de diagnóstico no disponibles en el sector público o no cubiertos por los seguros.

Este gasto impacta de forma diferente en los hogares dependiendo de su capacidad de pago: por ejemplo,  ante la misma enfermedad una familia pobre tendrá más dificultades que otra no pobre para pagar el precio del mismo tratamiento (medicamentos y otros).

El COVID-19 ha expuesto dramáticamente esta situación en muy corto tiempo. Pero, ¿qué esta sucediendo con las otras enfermedades y con otras necesidades de atención? ¿También hay gastos excesivos y catastróficos?.

Con estas preguntas, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Concepción, Facultad de Medicina, y de Investigación para el Desarrollo (ID) llevaron adelante una investigación en el último trimestre del 2020. Se estudió entonces lo que sucedió con 48 personas que fueron hospitalizadas en los servicios de clínica médica y cirugía en el hospital polivalente del IPS.

Se encontró que, a pesar de la ley de gratuidad de aranceles y de la cobertura con seguro de IPS el gasto de bolsillo estuvo ampliamente extendido entre los enfermos, sobre todo para comprar medicamentos y otros insumos descartables durante los 7,2 días que en promedio duró la hospitalización.

El gasto de bolsillo promedio fue de 720,1 mil Gs. y el gasto máximo registrado fue de 3,2 millones de Gs. Cuando la hospitalización fue para tratamiento quirúrgico el promedio de GBS fue 882,6 mil Gs. y cuando fue para tratamiento médico la media fue 653,2 mil Gs. La compra en farmacia privada representó el 80% del gasto, los estudios de diagnóstico 17% del gasto y otros gastos el 3% restante.



En 8 de cada 10 casos se observó un gasto de bolsillo excesivo que superó el 10% del ingreso del hogar y en 4 de cada 10 casos el gasto fue catastrófico, superando el 25% del ingreso del hogar.
Además de los gastos directamente relacionados con la atención a los enfermos, concurrieron gastos para pagar transporte, comidas y otros.

El  COVID-19 es una emergencia sanitaria y expone las limitaciones del  sistema de salud. Las leyes promulgadas para mitigar el gasto de bolsillo ante el COVID-19 no consideran que tambien ocurren gastos excesivos y catastróficos por otras enfermedades.

La Facultad de Medicina de Concepción de la Universidad Nacional de Concepción está estudiando el fenómeno del gasto de bolsillo en varias situaciones. En estos momentos se estan recogiendo los datos sobre el impacto ante los pacientes hospitalizados por COVID-19 en el sector público.

Los resultados servirán para el diseño de políticas y programas  que fortlezcan al sistema nacional de salud. La participación de la población será clave para proveer la información necesaria.

Gráfico: Distribución del gasto de bolsillo total durante la hospitalización de enfermos en los servicios de cirugía y clínica médica del Hospital Polivalente I.P.S Concepción durante el último trimestre del 2020 (n=48)