Durante el motín ocurrido este martes en la cárcel de Concepción una enfermera fue tomada como rehén por un recluso, quien con un arma blanca en mano la obligó a salir de la Sanidad. Finalmente, fue salvada por un miembro del Primer Comando Capital (PCC).

Reina Irala pasó una pesadilla, pero agradece al recluso del PCC que la salvó

Se trata de la licenciada en Enfermería identificada como Reina Irala Ayala, quien estaba de guardia en la Sanidad, en la segunda planta, de la Penitenciaría Regional de Concepción, cuando se inició el amotinamiento de los reclusos del Pabellón F.

Cuando la trabajadora de blanco se percató de lo que estaba ocurriendo, se encerró en la sala de Sanidad, hasta donde fueron algunos reclusos a golpearle la puerta para exigirle que abra. A raíz de eso, bloqueó la puerta con un escritorio.

Los internos iban y venían constantemente y la amenazaban para que abriera la puerta. Como la enfermera no accedió al pedido, los hombres forzaron la puerta y la tomaron de rehén, amenazándola con un cuchillo en mano.

En ese momento, un miembro del Primer Comando Capital (PCC) intervino y ordenó que a ella no la lastimen porque es «buena y trabajadora» y le brindó refugio en su pabellón, en donde permaneció toda la noche.

En una entrevista exclusiva con Telefuturo, Reina Ayala relató que luego de iniciarse el motín se comunicó con una compañera suya, a quien le consultó qué podía hacer. Esta le aconsejó encerrarse en la pieza. Luego escuchó los movimientos en el pasillo, tiroteos, barullos y ya fueron los reclusos a golpearle la puerta.

Momentos de terror en la cárcel (gentileza)

«Cuando vinieron a golpearme mi puerta me dijeron ‘abrí porque te voy a disparar’, yo no le abrí, después se fueron, luego volvieron entre muchos queriendo entrar en mi sala, y yo estaba solita. No lograron entrar, luego de intentar por ocho veces vinieron con un pedazo de hierro, descompusieron la cerradura y entraron tres a cuatro», agregó.

Aseguró que se moría de miedo, sola en la sala, sin ningún resguardo, cuando uno de los reclusos la agarró y le colocó un cuchillo por la espalda, en el momento en que se disponía a llevarla a otro lugar.

«Vino un muchacho y le dijo ‘no, a ella no le vamos a hacer nada porque es una persona trabajadora que no le hace daño a nadie’, ahí él me llevó a la privada donde están los del PCC. Me trataron muy bien, me subió bastante la presión, me dieron remedio, agua y me quedé con ellos», recordó.

Dijo que sus hijos desde afuera del penal la llamaban a su celular y ella ya no tenía más señal. Mencionó que no sabe cómo explicar todo lo que pasó, pero que fueron momentos que a nadie le desea.

Fuente: Ultima Hora y Telefuturo