La fuga de dos detenidos, producida este viernes de noche en la Comisaria 10° del barrio Inmaculada, evidencia el pauperrimo estado en que se desenvuelven los efectivos policiales. El estado del edificio es vergonzoso y peligroso.
Los dos detenidos no tuvieron ningún esfuerzo para hacer un boquete en la pared del calabozo, que parece a un pequeño depósito de deshechos abandonado. La cocina y habitación de los suboficiales están en pésimo estado con paredes agrietadas, humedecidas y techo con goteras en época de lluvia.
En esta circunstancia viven los efectivos policiales que no tienen ningún espacio salubre para colocar sus pertrechos durante el descanso. Las camas son antiguas y no parecen a una instalación para gente que cuida la seguridad ciudadana.
Se evidencia la falta total de interés de las autoridades competentes, que solo exigen resultados a los agentes, pero no les dotan la minima comodidad que se merecen como humanos.