Recuperar la confianza de los pobladores del Norte del país es clave para combatir y acabar con las violencia de los grupos armados en esa zona, consideró el ex ministro del Interior Rafael Filizzola.

La rotonda recibe de esta manera a los visitantes Paz secuestrada. Banderas blancas reclamando paz ondean en la ciudad de Concepción.

El vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, sostuvo días pasados que el criterio del Ejecutivo de cómo acabar con las luchas armadas es de “aniquilarlos más temprano que tarde”. Filizzola manifestó al respecto que “hay que tener cuidado con la palabra”, ya que el objetivo debe ser capturarlos para enjuiciarlos.

Velázquez había afirmado categóricamente que el Ejecutivo tiene una misma visión respecto a la lucha contra los grupos armados y que la obligación del Estado es velar por la paz social y el respeto de los derechos humanos, diciendo que “todos queremos resultados inmediatos pero estamos ante un grupo, si bien pequeño aún, que conoce totalmente el área y se mueve muy bien desde hace bastante tiempo. No es algo que lo vayamos a resolver inmediatamente, pero más temprano que tarde vamos a aniquilarlos”.

El ex ministro del Interior cuestionó la declaración de Velázquez, apuntando que “si bien los miembros de los grupos armados son bastante violentos, el objetivo debe ser capturarlos y enjuiciarlos”.

Además, remarcó que el Estado tiene la capacidad para enfrentarlos.

“La clave está en una política sostenible y que se invierta en tecnologías, recursos humanos y la capacitación de ellos”, sostuvo. Asimismo, criticó al gobierno de Horacio Cartes por hacer cambios de estrategia en combate que se venía realizando en el Norte.

Consideró importante el asesoramiento de expertos extranjeros para evitar cometer errores. En ese sentido, coincidió con el asesor colombiano, brigadier general Fernando Murillo Orrego, en que se debe llegar con mayor asistencia del Estado a las comunidades de las zonas donde operan los grupos armados, de manera a ganar la confianza de los pobladores para cortar la logística y acorralar a los integrantes para su captura.

EXPERIENCIA. Cuando asumió en Interior en el 2008, realizaron un trabajo similar de recuperar la confianza de los pobladores de Kurusu de Hierro y Hugua Ñandu, que eran dominadas entonces por miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

“Cuando asumimos el cargo, las sedes de las comisarías en Kurusu de Hierro y Jugua Ñandu estaban destruidas. Fueron atacadas en reiteradas ocasiones por el EPP. No había presencia policial, ya que se les amenazaba y se le hacía correr al personal”, relató.

Para lograr recuperar las comisarías y la labor policial en dichos lugares, el ex ministro explicó que tuvieron que realizar varias asambleas y encuentros con los pobladores de las comunidades para recuperar nuevamente su confianza.

Fuente: Ultima Hora