Por Estela Valdés
Es notable el bajo nivel de credibilidad del ministro del interior Francisco de Vargas, los comentarios y reacciones de los lectores en las páginas digitales que publicaron las declaraciones del Secretario de Estado donde afirma que le pusieron precio a la cabeza del Presidente de la República, sus familiares y otras autoridades, revelan la situación.
En lo que coincide la gran mayoría, es que se trata de una cortina de humo para desviar la atención del tema grupo guerrillero, la ultima masacre que costó la vida a ocho militares, y los tres secuestrados que siguen en poder del grupo criminal.
Según de Vargas, la informaciones brindadas por inteligencia “vienen por fuente humana, que están siendo procesadas y que existen fundamentos para dar credibilidad a la información. ..Y bueno…
Sucede que partiendo del Ministro del interior estas informaciones son más que oficiales, y por supuesto si tenemos conocimiento de estas, es justamente porque se publicó en medios digitales, a partir de una entrevista brindada por él, a una emisora capitalina.
Si la intención, como opinan la mayoría de los lectores, esto se trata de una cortina de humo, para distraer la atención de la población de los problemas reales, creo que más bien pone en descubierto la vulnerabilidad que existe en materia de seguridad en nuestro país.
Si el mismo Presidente de la República y su familia, que por lógica razón cuentan con un fuerte sistema de seguridad, tanto por el rango, como por tratarse de una persona de gran poder adquisitivo, están expuestos, que podría esperar o pretender el resto del país.
Queda además pendiente de comprensión, cuál sería la estrategia de hacer pública las informaciones que dice maneja inteligencia, y que según sus expresiones hay razones para dar credibilidad a las mismas, y da nombre y apellido de la persona que estaría dispuesta a pagar cinco millones de dólares para hacer matar al Presidente
Inteligencia y Credibilidad: probablemente es justo lo que falta en todo esto. O tal vez, al contrario, si tengan un alto nivel de inteligencia que no puede ser entendido por todos, estrategias de comunicación y manejo de las situaciones que no son accesibles al sentido común de cualquiera.
La gran mayoría, según se puede leer en sus comentarios, no cree en absoluto y hasta se burlan.
Puede ser cierto lo que afirma, porque no. Pero lo que de verdad es cierto: es que se hace demasiado difícil creer.