La fracción «Nueva Esperanza», ubicada a 6,5 kilómetros del casco urbano de Concepción sobre la ruta PY 22, enfrenta desde hace casi cuatro años la falta de energía eléctrica. Pese a cumplir con los requisitos y gestiones solicitadas por la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), 15 familias siguen viviendo sin el servicio básico, lo que ha generado malestar entre los pobladores.

Vecinos de Nueva Esperanza frente a la ANDE con carteles, exigiendo acceso a energía eléctrica y soluciones definitivas a sus reclamos.

Según Nicolás Pavón, uno de los vecinos afectados, realizaron el proyecto técnico, recolectaron la documentación necesaria y entregaron G. 20 millones como anticipo para la obra hace tres meses, sin recibir respuesta concreta. “Hace cuatro años estamos sin agua y sin luz. Solo pedimos la extensión de 800 metros de línea con un transformador para solucionar el problema”, manifestó. Las familias sobreviven con baterías que apenas permiten alimentar pequeños electrodomésticos, mientras se abastecen de agua mediante bidones.

Por su parte, Laura Morinigo, otra vecina afectada, describió la situación como “insostenible”. La falta de electricidad dificulta la vida cotidiana, especialmente para quienes tienen niños pequeños. “Hace cuatro años vivimos así, sin heladera y soportando el calor. Esperamos que esta semana se inicien las obras porque ya no podemos más”, afirmó.

En contraparte, el ingeniero Juan Alfonso, jefe regional de la ANDE en Concepción, explicó que la electrificación en fracciones de inmobiliarias privadas no es responsabilidad directa de la institución, sino de las empresas responsables de los terrenos. No obstante, destacó que la ANDE realiza excepciones mediante proyectos específicos, los cuales ingresan a una lista de espera una vez que los usuarios cumplen con los requisitos. “Esta semana se tiene previsto iniciar la obra, salvo que surjan contingencias”, aseguró el funcionario, resaltando que el costo total del proyecto será asumido por los vecinos.

El jefe regional de la ANDE explicó que se están gestionando soluciones para mejorar el servicio eléctrico en Nueva Esperanza, priorizando la instalación de un nuevo transformador.

Mientras las familias esperan la concreción de las obras, las condiciones en «Nueva Esperanza» evidencian la necesidad de una solución estructural para evitar que situaciones similares afecten a más comunidades en desarrollo.