Detrás de la muerte del sargento segundo Sergio Daniel López en la emboscada preparada por el EPP el sábado pasado en Arroyito, Departamento de Concepción, hay una historia y una humilde familia que lo necesita.
El joven era el mayor de cinco hermanos, dos de ellos nacidos con albinismo. Su madre lava ropas para ganar el sustento diario de sus hijos.
Sergio, cuando llegó a la edad del servicio militar lo hizo en el Regimiento de Infantería de Concepción, donde mostró excelente comportamiento. Por eso fue aceptado como soldado profesional, consiguiendo un contrato con un pago de 1.800.000 guaraníes. Cuando recibió la propuesta de alistarse a la Fuerza de Tarea Conjunta aceptó con gusto, porque recibiría un plus de 1.000.000 de guaraníes y trabajaría en lo que le gusta: la cocina.
Isidra Aparecida López comentó que su hijo estaba contento por el trabajo, aunque le preocupaba el lugar donde se encontraba. “Yo le tranquilicé, porque estuve enferma, me acompañó y luego le dije que ya estaba bien, que no se preocupara por mí y ahora se fue de mí, mi esperanza”, contó llorando la madre.
Su tía, Estanislaa López, con quien vivió muchos años, indicó que hace un mes le pidió a ella que rezara por él, porque supuestamente Dios se le apareció y le dijo que lo llevaría como su ángel. “Me dijo: ‘Tía, eso me apareció, quiero que reces por mí, porque no quiero que me pase nada, me dijo”, señaló.
Tenía una novia con la que pensaba formar una familia. El jueves pasado fue la última comunicación, le avisó que el sábado le daría una sorpresa. “Me llamó y me dijo que el sábado me iba a dar una sorpresa, luego supe que pediría por mí para casarnos. Ya quería tener hijos y quería mellizos”, dijo su novia, Carlota López, de 19 años.
Sus familiares que viven en el barrio Fátima de Concepción exhibieron el uniforme que tenía puesto el sábado, cuando recibió el impacto de la bomba y las balas.
Fuente: Justiniano Riveros, Uh