Samuel “Mbarakaja” Morel protagonizó la mejor pelea de la velada “Evolution Championship”. Aunque no logró la victoria ante el uruguayo Agustín Veloz, su actuación fue reconocida como la mejor de la noche y, a su regreso, fue recibido como un verdadero campeón en Concepción.

Morel debutó profesionalmente en la modalidad de Muay Thai.

El pasado sábado 11 de octubre, en el Club Colón de Montevideo, se disputó la velada internacional de Muay Thai “Evolution Championship”, que tuvo como combate de fondo la definición del título internacional. Allí, el campeón uruguayo Agustín Veloz (62,200 kg) se enfrentó al concepcionero Samuel “Mbaracaja” Morel (61,300 kg), en una batalla pactada a 5 rounds de 3 minutos cada uno, que mantuvo en vilo a todo el público presente.

El primer asalto fue favorable al local, incluso con un momento dramático en el que el paraguayo salió del ring. Sin embargo, en el segundo round, Morel mostró toda su garra y se quedó con el parcial. El tercer round lo venía dominando el “Mbaracaja”, hasta que se produjo el desenlace: al caerse su protector bucal, levantó la mano para señalarlo, y el árbitro, aplicando el reglamento de kick-boxing, detuvo el combate decretando el KOT a favor de Veloz.



Pese a la derrota, el enfrentamiento fue catalogado como la mejor pelea de la velada, reconociendo la valentía y entrega del paraguayo. El público destacó el coraje de Morel, que viajó más de 30 horas, sin equipo de esquina, para enfrentarse a uno de los mejores exponentes de Latinoamérica, dejando en evidencia su profesionalismo y corazón.

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De regreso a Concepción, Morel fue recibido como un verdadero campeón por familiares, amigos y alumnos de su academia, quienes lo aguardaron en la rotonda de la ciudad. “No logramos el oro, pero salimos en la mejor pelea de la noche y eso ya es un logro. Dejé en alto la bandera y me siento muy orgulloso”, expresó emocionado.



El peleador también agradeció a su preparador, Dani Colmán, por ponerlo en condiciones físicas para encarar este desafío internacional, y subrayó el apoyo incondicional de la afición paraguaya: “A pesar de estar lejos nunca me sentí solo, el amor y la buena vibra de mi gente me acompañaron hasta el ring”, concluyó.