Tras el caso de María Fernanda Benítez, la adolescente desaparecida en Coronel Oviedo y hallada sin vida días después, especialistas advierten sobre la importancia de detectar cambios de conducta en niños y jóvenes que puedan ser señales de alerta.

La muerte de María Fernanda Benítez, una adolescente de 17 años reportada como desaparecida en Coronel Oviedo y posteriormente hallada sin vida, conmocionó al país y reavivó la necesidad de hablar sobre salud mental y prevención. Ante esta tragedia, profesionales de la psicología insisten en la importancia de prestar atención a señales que los menores pueden manifestar cuando atraviesan situaciones emocionales difíciles o entornos de riesgo.

María Fernanda estaba embarazada de aproximadamente tres meses.
Foto: Redes sociales

El psicólogo forense y máster en psicología criminal Enrique Eduardo Bieber explicó que existen múltiples factores que pueden alertar a los padres sobre posibles trastornos de conducta o conflictos emocionales. “Son pequeños detalles que a veces se pasan por alto: cambios abruptos en el carácter, en el estado emocional, una actitud defensiva o evasiva”, indicó.

Cambios que deben encender una alarma

Entre los indicadores más comunes a los que se debe estar atento, menciona:

  • Aislamiento del entorno familiar y social.
  • Irritabilidad constante o tristeza persistente.
  • Alteraciones en el sueño o en el apetito.
  • Disminución del rendimiento académico.
  • Conductas autodestructivas o desafiantes.
  • Uso excesivo del celular con actitudes evasivas.
  • Comentarios relacionados con la muerte o la falta de sentido de vida.

Bieber señala que si bien estas señales no implican automáticamente un hecho grave, sí ameritan una evaluación y acompañamiento temprano, ya que pueden ser síntomas de abuso, acoso, depresión u otros factores de vulnerabilidad.

El rol de la familia y la escuela

El especialista enfatiza que el diálogo abierto, la escucha sin juicios y la observación empática por parte de padres, docentes y cuidadores son fundamentales para prevenir situaciones críticas. “El adolescente necesita adultos emocionalmente disponibles, que no solo pregunten, sino que estén dispuestos a sostener lo que el otro responde”, reflexionó.

Finalmente, remarcó que ante la duda o persistencia de señales preocupantes, es indispensable recurrir a profesionales de salud mental capacitados, sin estigmas ni postergaciones.

Fuente: Última Hora