En víspera de navidad, el Mercado Municipal de Concepción se convirtió en el principal punto de encuentro comercial de la ciudad. A pesar del tránsito caótico y la alta concurrencia, comerciantes y compradores destacaron el buen ritmo de ventas y un clima marcado por la paciencia y el espíritu festivo.

Así se encontraba esta mañana la bocacalle entre Mayor Lorenzo Medina y Profesor Guillermo Cabral.

Este miércoles 24 de diciembre de 2025, el Mercado Municipal de Concepción volvió a consolidarse como el corazón del movimiento comercial previo a la Navidad. Desde tempranas horas de la madrugada, el flujo de personas comenzó a intensificarse en la zona, generando un escenario habitual de estas fechas: calles colmadas, tránsito lento y una ciudad que se mueve al ritmo de las compras de último momento.

Comerciantes consultados por el equipo de CAD TV, que recorrió las calles Mayor Lorenzo Medina y Profesor Guillermo Cabral del barrio Itacurubí, señalaron que algunos puestos fueron instalados desde las 4:00 de la mañana, con el objetivo de aprovechar al máximo la jornada. Muchos de ellos prevén trabajar hasta el mediodía o primeras horas de la tarde, para luego compartir la Nochebuena en familia.

El ingreso al mercado se dio prácticamente por todos los accesos, con compradores que llegaban a pie, en motocicletas o vehículos particulares. Mientras algunos optaron por estacionar a varias cuadras y caminar, otros se animaron a ingresar con sus rodados, contribuyendo al embotellamiento que se registra en horas pico.

Entre los productos más demandados se destacaron las frutas para el tradicional clericó, además de mandioca, verduras, flor de coco y otros ingredientes esenciales para las comidas típicas de estas fechas. También hubo un importante movimiento en los puestos de carnes vacuna, porcina y ovina, así como en la venta de chipa, artesanías, ropa, calzados, regalos y juegos pirotécnicos.

Los compradores coincidieron en que los precios se mantienen accesibles, aunque remarcaron la necesidad de acudir con paciencia debido a la gran afluencia de personas. A esto se suma la presencia de visitantes provenientes de otros barrios e incluso de localidades cercanas, que aprovechan las fiestas para recorrer el mercado y realizar sus compras.

Como ocurre cada año, el mercado municipal se transforma en una zona de acceso complejo, pero también en un espacio donde se refleja el pulso de la ciudad: trabajo intenso, intercambio comercial sostenido y un clima humano que, pese al apuro, se equilibra con la cercanía de la Navidad.