Karen Campuzano, con antecedentes por homicidio, fue liberada tras incendiar la casa de un anciano. Ahora, vecinos temen por su vida, mientras la justicia minimiza el riesgo.

Desoladora imagen, producto del incendio provocado por la joven.

El domingo 22 de septiembre, Karen Beatriz Campuzano Medina, de 25 años, presunta adicta aestupefacientes, fue detenida tras ser acusada de provocar un incendio que consumió la vivienda de Estanislao Sugasti, de 69 años, en el barrio San Antonio de Concepción. Pese a los antecedentes de homicidio doloso y amenazas previas, fue liberada en menos de 24 horas por orden del fiscal. Hoy, la mujer sigue acechando a la víctima, según denuncian los vecinos.

Un incendio anunciado y la liberación de la sospechosa

El incidente ocurrió alrededor de las 14:15 horas, cuando un voraz incendio arrasó con la vivienda de Sugasti, dejando al anciano solo con lo puesto. La parte trasera de su casa, construida de madera, quedó completamente destruida junto con todas sus pertenencias. Sugasti logró sobrevivir al ocultarse en el baño.

Minutos después, Karen Campuzano fue arrestada en posesión de dos armas blancas y un encendedor, presuntos elementos utilizados para provocar el incendio. Vecinos afirmaron que la joven había amenazado previamente con quemar la casa e incluso asesinar al anciano.

A pesar de las evidencias y de los antecedentes criminales de Campuzano, el fiscal Joel Díaz, de la Unidad Penal Nº 3, ordenó su liberación, en su resolución N°59, bajo el argumento de que «no hubo peligro de muerte» debido a que Sugasti logró escapar. Según Díaz, Campuzano fue imputada por coacción, ya que continuó amenazando y acechando la vivienda tras ser liberada.

La comunidad se organiza

Vecinos como Cecilio Núñez, Gabriela Núñez, Maricel Torrado y Yolanda Cáceres han comenzado a organizarse para ayudar a reconstruir la casa de Sugasti. «Nos preocupa que siga acechando al abuelo y que la justicia no haga nada para protegerlo», comentaron. Los residentes del barrio han solicitado ayuda a las autoridades locales, quienes lamentan profundamente la actuación del Ministerio Público, que consideran insuficiente para garantizar la seguridad del anciano.

Mientras tanto, la comunidad vive con miedo, esperando una acción más firme de las autoridades que proteja a uno de sus miembros más vulnerables.