Con el aporte de las Naciones Unidas, familias nativas de Azotey iniciarán una campaña de reforestación en las 500 hectáreas totalmente depredadas en las que están asentadas. La Iglesia Católica es la garante del proyecto.
El lanzamiento se hizo en la comunidad nativa Vy’apave, a unos 155 km de Concepción, en el distrito de Azotey.
En la ocasión, el Mons. Pablo Cáceres, vicario de la Diócesis de Concepción, presentó el proyecto consistente en la reforestación de la comunidad donde habitan 172 familias de dos etnias, Mbyá y Páî Tavyterâ.
Indicó que el plan lo financiará Naciones Unidas con un fondo de 39.000 euros, producto de un proyecto elaborado por el Lic. Julio Valiente, a pedido de la Iglesia Católica, y con el apoyo de las autoridades distritales y departamentales.
Aclaró que esto obedece a que el asentamiento de las familias nativas está totalmente pelado. “Estas familias ni para leñas ya tienen, más aun porque están rodeadas por establecimientos ganaderos con cultivos extensivos”, destacó.
Indicó que solo habrá un funcionario contratado, un ingeniero agroforestal que acompañará a las familias en la tarea, que comenzará de inmediato. “Acá todos somos voluntarios, y nosotros estamos por el Cipae (Comité de Iglesias para Ayudas de Emergencias) para acompañar este trabajo”, señaló.
El Ing. Adriano Muñoz, profesional contratado por el proyecto, indicó que la meta es el cultivo de 10.000 plantines de diversas especies nativas para cubrir el área deforestada y vivero forestal.
También señaló que paralelamente se llevará adelante un proyecto de cultivo agroecológico familiar, beneficiando a 30 familias, para producir rubros como maíz, poroto, mandioca, batata, entre otros.
Aníbal Valiente, presidente de la comisión vecinal de Vy’apave, indicó su satisfacción por el proyecto y prometió esfuerzo de parte de su gente para que el programa culmine bien. “Estamos contentos, vamos a encarar el proyecto, pero siempre pedimos a las autoridades que nos miren más”, explicó. De 173 familias nativas, 102 han obtenido viviendas de Senavitat.
Fuente: Justiniano Riveros, UH