Al EPP, ACA-EP y al EML se le adjudican al menos siete muertes de paraguayos, secuestros, quema de retiros y otros actos terroristas, en los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay.
“San Alfredo es uno de los lugares más tranquilos en la zona Norte. Nunca ocurrió esto y ahora aparece esta situación”, dijo con preocupación, ayer, el intendente de la localidad de colonia San Alfredo, Carlos Pérez, quien aseguró que la tranquila localidad vive momentos de zozobra luego del ataque realizado por grupos armados, en la noche del martes, en el que murieron tres personas.
El sitio, ubicado en el Departamento de Concepción, se convirtió en otra de las localidades en que el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), Agrupación Campesina Armada – Ejército del Pueblo (ACA-EP) y el Ejército Mariscal López (EML) siembran el terror a fuerza de secuestros, muertes violentas, extorsiones y otros delitos.
El Norte del país vive momentos de terror por causa de los grupos armados. En el último mes se produjeron seis incursiones que tuvieron como protagonistas a al menos una de las columnas guerrilleras, que cada vez expanden más su zona de influencia, llegando incluso a la frontera con Brasil.
El 3 de julio, el cuerpo de Jorge Ríos fue hallado en el asentamiento Nuevo Caracol, en Matto Grosso do Sul, Brasil. El joven fue secuestrado el 28 de junio, presuntamente por miembros de la ACA-EP, de la estancia Dos Hermanos, de Sargento Félix López (ex Puentesiño), Departamento de Concepción.
Desde entonces se dieron días de zozobra en los departamentos de Concepción, San Pedro y Amambay, donde ejercen influencia estos grupos.
Luego siguieron casos de quema de retiros de estancia como ocurrió en Paso Barreto, Concepción, donde tomaron de rehén a un empleado.
No fue el único establecimiento rural atacado. En la estancia Pindoty también se registró el ingreso de hombres armados y vestidos de para’ i, que se llevaron secuestrado al piloto Juan Carlos Olmedo, a quien liberaron días después.
Se maneja la información que la ACA-EP estuvo detrás de este plagio, al igual que el secuestro de Jorgito, por el que fueron buscados los hermanos Laubrindo y Elizandro Balbuena Mariz, como autores del hecho.
Con bomba. El EPP, que llevaba mucho tiempo en silencio, también se hizo sentir con una violenta emboscada a militares que se trasladaban en camión por un camino vecinal en inmediaciones de la estancia La Yeya, en Tacuatí, Departamento de San Pedro. Una bomba de fabricación casera, explotó provocando la muerte de tres uniformados.
En Belén Cué, Horqueta, hubo un enfrentamiento entre las fuerzas del orden con supuestos integrantes del Ejército Mariscal López, que sufrieron dos bajas, según la versión de los investigadores.
El último caso se dio en colonia San Alfredo en el que murieron dos policías y un guardia de seguridad. Se trata del suboficial Dionisio Ávalos, subjefe de la Comisaría 12a, el suboficial Odelio Insaurralde y el guardia Leonido Medina.
Según explicó el fiscal Carlomagno Alvarenga, el crimen fue llevado con suma violencia. “Al subjefe Ávalos le dispararon en la cabeza con una pistola 9 milímetros y el oficial Insaurralde presentó una fractura en el brazo derecho y una herida en el muslo derecho. Este último se bajó del vehículo e intentó esconderse en un pozo de cemento. Pero se nota que estas personas llegaron hasta él y lo ejecutaron a tiros con una escopeta”, relató el agente del Ministerio Público.