La Iglesia católica comienza uno de sus momentos más decisivos: la elección de un nuevo papa en el cónclave. Desde el instante en que los cardenales juran secreto absoluto hasta que el humo blanco se eleva desde la chimenea de la Capilla Sixtina, todo el proceso transcurre bajo un estricto protocolo que ha resistido el paso del tiempo, y puede durar varios días o apenas unas horas.

La primera fumata está prevista para esta tarde alrededor de las 19:00 (14:00 hora paraguaya)

La duración de un cónclave varía según las circunstancias. Los cónclaves recientes han sido relativamente breves: la elección de 2013 del papa Francisco, por ejemplo, fue una de las más rápidas de los últimos 100 años, ya que se resolvió en apenas dos días. Fue comparable en rapidez a la de 2005, en la que fue elegido Benedicto XVI.

En contraste, el cónclave de 1978 que eligió a Juan Pablo II se extendió hasta la tarde del tercer día y requirió ocho rondas de votación.

Los cardenales apuestan por que el cónclave para elegir al sucesor de Francisco sea rápido. “Será breve, dos o tres días. Tengo las ideas claras. Yo sé a quién votar. Hay un clima de fraternidad y de espíritu de responsabilidad”, dijo el cardenal Raphael Sako en una de las congregaciones previas al Cónclave, según reporta la agencia EFE.

A lo largo de la historia, se han utilizado tres métodos para elegir al papa: la aclamación, el compromiso y el escrutinio. No obstante, los dos primeros métodos fueron abandonados, por lo que actualmente la única forma de elección es mediante la votación individual y secreta de los cardenales.

El proceso de elección del papa sigue un ritual cuidadosamente establecido. A cada cardenal se le entrega una boleta en la que debe escribir el nombre de su candidato justo debajo de la frase en latín “Eligo in Summum Pontificem”, que se traduce como “elijo como sumo pontífice”. Posteriormente, siguiendo el orden de precedencia, se acercan uno por uno al altar para depositar su papeleta en un cáliz, en un acto solemne.

Aunque la votación se realiza de manera secreta, el conteo de los votos es público, y está prohibido que un cardenal vote por sí mismo.

Para que un cardenal sea elegido como nuevo papa, debe obtener el apoyo de dos tercios de los votos del cónclave. Si no se alcanza este resultado, la votación se repite nuevamente ese mismo día.


El cónclave más largo y el más corto de la historia.


El cónclave más largo de la historia, como lo señala Vatican News, tuvo lugar en Viterbo entre el 29 de noviembre de 1268 y el 1 de septiembre de 1271, durando un total de 33 meses.

Fuente: CNN Español