Dos granadas de mortero halladas en distintos puntos de la ciudad de Concepción sacudieron la tranquilidad de la población en el último mes. Las evidencias, confirmadas por expertos e historiadores, apuntan a que estos explosivos serían restos activos de los ataques aéreos ocurridos durante la Revolución de 1947.

Todo comenzó como un juego de niños. En el asentamiento San Miguel, hace algunas semanas, unos pequeños encontraron un objeto metálico mientras jugaban. Era pesado, extraño, y tenía algo que llamó la atención: Parecía parte de algo antiguo, quizá una pieza de museo. Pero no era un simple trozo de metal; se trataba de una granada de mortero, aún con espoleta.
Días después, la escena se repitió, esta vez en la ribera del barrio San José Olero, a orillas del río Paraguay. Otro grupo de niños que pescaba en la zona extrajo del agua una segunda granada, envuelta cuidadosamente en hule negro, como si alguien hubiera querido deshacerse del artefacto o esconderlo.

Ambos hallazgos fueron reportados al Sistema 911. Expertos de las Unidades Tácticas Policiales intervinieron rápidamente y procedieron a detonar los artefactos de forma controlada en la sede de la Dirección de Policía de Concepción y Base Aérea.
Afortunadamente, no hubo que lamentar tragedias, pero el temor cundió –por momentos– en esos barrios. El misterio sobre la procedencia de estas granadas fue tomando forma a través del testimonio de historiadores locales y nacionales.

El Dr. Rodrigo Cardozo Samaniego, historiador concepcionero, explicó que se trataría de granadas de mortero de 60 o 66 mm utilizadas como bombas aéreas durante la Revolución del 47. Estos proyectiles, dijo, eran lanzados manualmente desde aeronaves livianas como los PT-19 Fairchild, muchas veces por acompañantes del piloto.
Dijo que el ingeniero Rafael Mariotti, especialista en armamento histórico, identificó que las granadas halladas tienen gran similitud con los modelos Stokes Brandt de 81 mm, usados también en la Guerra del Chaco y luego reutilizados en la guerra civil.
La historia se vuelve aún más inquietante al recordar que Concepción fue blanco de al menos tres bombardeos aéreos en 1947. Dos de ellos, habrían sido dirigidos contra posiciones revolucionarias dentro de la ciudad por fuerzas leales al Gobierno. El tercero, el 28 de julio, golpeó zonas pobladas, causando muertes civiles, como lo reportó en su momento el Comunicado N° 104 del Gobierno revolucionario.

“Estos artefactos dormidos nos recuerdan que la guerra no siempre se va por completo; a veces permanece bajo tierra o bajo el agua, esperando ser encontrada”, reflexiona el historiador Cardozo.
Don Teófilo Medina, otro investigador local, sostuvo que muchas de las bombas lanzadas no estallaron al impactar, especialmente porque varios ataques no fueron contra cuarteles, sino contra población civil. Incluso afirma que un militar en servicio activo confirmó este patrón de ataques.
Desde la Dirección de Cultura Municipal, Carlos Argüello, informó que recientemente se realizó un procedimiento de verificación en el Museo Militar de la ciudad, donde la Dirección de Material Bélico (Dimabel) retiró 27 proyectiles de guerra que aún estaban activos.
Rubén Rubiani, historiador nacional, aunque sin datos directos sobre los casos recientes, coincidió en que estos elementos probablemente correspondan a la misma época.
Las autoridades instan a la ciudadanía a no manipular objetos metálicos de origen desconocido y reportarlos de inmediato. Porque aunque pasen los años, las heridas de la historia pueden seguir latentes, esperando –quizás– ser escuchadas.

Fuente: Última Hora