Mientras miles de familias se preparan para despedir el año entre abrazos, brindis y esperanzas renovadas, en el Norte del país hay tres hogares donde el silencio y la ausencia vuelven a imponerse.

Son las familias del suboficial de la Policía Nacional Edelio Morínigo, del ganadero Félix Urbieta y del ex vicepresidente de la República Óscar Denis, víctimas de secuestro por parte de grupos criminales armados, que una vez más recibirán el Año Nuevo sin respuestas, sin certezas y sin sus seres queridos.
Edelio Morínigo Florenciano fue secuestrado el 5 de julio de 2014 en la zona de Arroyito, Departamento de Concepción, por el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). A más de una década del hecho, su paradero sigue siendo un misterio, pese a operativos, promesas oficiales y constantes reclamos de su familia.
Dos años después, el 12 de octubre de 2016, el ganadero Félix Urbieta fue secuestrado en Horqueta por el autodenominado Ejército del Mariscal López (EML). Su familia resistió durante años con la esperanza de un reencuentro, pero al no recibir comunicación del grupo ni señales de vida la ilusión se fue apagando, dejando solo la incertidumbre y el dolor.
El caso más reciente es el del ex vicepresidente de la República Óscar Denis Sánchez, secuestrado el 9 de setiembre de 2020 en Bella Vista Norte, Departamento de Amambay, también por el EPP. Su desaparición sacudió al país entero y expuso, una vez más, la vulnerabilidad del Estado frente a estos grupos armados.
Hoy, con el paso de los años, las familias admiten con profunda tristeza que la esperanza de encontrarlos con vida se debilita. Sin embargo, lejos de resignarse al olvido, elevan un pedido firme al Gobierno: el uso de tecnología especializada, como escáneres y equipos de búsqueda avanzada, que permita al menos hallar restos óseos y darles una sepultura digna.
“No pedimos venganza, pedimos verdad”, repiten los familiares, que siguen luchando contra el tiempo, la indiferencia y el abandono.
Para ellos, el Año Nuevo no llega con fuegos artificiales ni deseos de prosperidad, sino con una pregunta que sigue sin respuesta: ¿dónde están?.
Fuente: Ultima Hora
