El Programa Abrazo, bajo la gestión del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, brinda asistencia alimentaria e integral a aproximadamente 80 niños del Asentamiento Niño Salvador del Mundo en Concepción. A pesar de su impacto positivo en la comunidad, se ha revelado una situación preocupante: tres voluntarios clave no consiguen salarios por su labor.

Invalolorable es el servicio de la institución

De los cinco funcionarios que trabajan en el programa, solo dos cuentan con salarios formales. La cocinera, la educadora y la trabajadora social han estado desempeñando sus roles de manera voluntaria durante más de un año, demostrando un compromiso admirable con el bienestar de los niños y sus familias.

Cristina Ruiz, una de las cocineras del programa que recibe un aporte de la Gobernación Departamental, resaltó la necesidad urgente de que sus compañeros también reciban remuneración por su trabajo vital.

Solo una cocinera tiene un rubro de la Gobernación

Por otro lado, María Luisa Pintos, directora del Centro Comunitario donde opera el Programa Abrazo, reconoció el compromiso del Ministerio de la Niñez y Adolescencia que cumple a cabalidad con la comunidad y en relación los rubros, dijo que la comisión vecinal puso como contrapartida teniendo la obligación de gestionar los recursos con otras instituciones.

«La comisión vecinal se ha comprometido a gestionar los recursos necesarios para garantizar que la cocinera, la educadora y la trabajadora social reciban el reconocimiento económico que merecen por su labor fundamental en el programa» señaló la directora.

Los niños acuden al lugar en sus horas libres

Esta situación es un llamado a la acción para garantizar que todos los trabajadores que contribuyen al éxito del Programa Abrazo reciban el apoyo necesario para continuar su importante labor en beneficio de la comunidad.

El trabajo es en los dos turnos, mañana y tarde. Los alumnos que acuden a la escuela en el turno mañana acuden al programa a la tarde y viceversa.