Martín de la Cruz Olmedo (73) se gana la vida desde 1963 remando en el río Paraguay.
Desde joven aprendió el oficio que le permitió criar a dos hijas y, a pesar de los años, sigue trabajando en la labor de hacer cruzar diariamente a muchas personas desde la isla Chaco’i al puerto antiguo de esta ciudad. Don Martín nació en Puerto Casado, donde vivió hasta los cuatro años, y luego su familia se mudó a la isla Chaco’i, frente a esta capital departamental.
Recuerda que la Guerra Civil de 1947 les tomó a él y su familia en la zona de Concepción, lugar donde se gestó esa acción bélica.
Don De la Cruz, como se lo conoce, rememora sus inicios en el remo. Comenzó cuando una de sus hermanas debía cruzar a Concepción desde la isla donde vivían y no había otro que lo hiciera. Entonces se animó y trasladó a su hermana hasta la otra orilla del río Paraguay. Dijo que siempre cruzaba en canoa, pero nunca antes había intentado remar; ante la necesidad lo hizo, y desde entonces no paró.
Con el correr del tiempo fue ganando experiencia en cruzar el río Paraguay, y luego lo tomó como un oficio, que le permitió ganarse la vida y poder ayudar a la economía de su hogar cuando se casó. Tiene dos hijas; una de ellas es docente; y señaló que ambas estudiaron primeramente en la escuela Stella Maris, en Chaco’i, y posteriormente en una institución de la ciudad.
“Anteriormente, el dinero valía más; ganaba en promedio unos 150.000 guaraníes mensualmente. Ahora, con esa plata ya no se hace nada”, sostuvo.
Su esposa trabajaba como cocinera en la casa de un alto jefe militar hasta antes del golpe de Estado de 1989, que derrocó al general Alfredo Stroessner del poder. Vivían en la isla, posteriormente, con ayuda del general Andrés Rodríguez (expresidente de la República), se construyó una casa en el barrio Inmaculada, donde vive hoy.
La inundación actual impide que muchas personas puedan llegar a la isla para disfrutar de la hermosa playa. Esta ausencia de visitantes incide directamente en la economía de quienes trabajan en los botes.
Remo y no motor
El experimentado canoero dijo que no precisa de motor para hacer el trabajo que desde joven lo llevó a ganarse la vida. Muchas de las personas que trabajan haciendo el viaje de una costa a otra desde hace unos años utilizan motores fuera de borda para cruzar.
Don Martín, en 53 años que lleva cruzando el río Paraguay frente al puerto de Concepción, nunca tuvo accidente en su labor.
Aldo Rojas/ABC Color