Una joven del sector rural quiere ser arquitecta y no renuncia a su sueño, pese a la pobreza y a su condición de madre soltera. De día vende productos agrícolas en su motocarro y de noche estudia.

Esfuerzo. En una motocarga y transitando por diferentes caminos, la estudiante ofrece los productos alimenticios.
Esfuerzo. En una motocarga y transitando por diferentes caminos, la estudiante ofrece los productos alimenticios.

Se trata de Leidy Figueredo Céspedes, una joven de 22 años que vive en la comunidad San Antonio, distante unos 13 km de la ciudad de Concepción. Es la quinta entre sus 8 hermanos.

Desde niña siempre se inclinó hacía los dibujos y diseños de edificios, hecho que más adelante le motivó a optar por la difícil carrera de Arquitectura.

Viajar a la capital, Asunción, o a otras ciudades no estaba en sus posibilidades, pero cuando concluyó sus estudios secundarios se habilitó la carrera de Arquitectura en una universidad privada de Concepción, hasta donde acudió a inscribirse.

Tuvo sus percances, porque se convirtió en madre. Eso le privó de un semestre de estudios, pero desde el año pasado volvió a las aulas y con entusiasmo va adelante pensando en el tercer curso de la carrera.

Arquitectura es cara y su familia no está en condiciones de solventarla. Sus padres se dedican a la agricultura y los precios de los productos no bastan para soportar las cuotas exigidas.

Comentó que ante esta situación tomó la iniciativa de adquirir con apoyo de su padre un motocarro en el cual viaja diariamente a Concepción comercializando frutas y verduras casa por casa. «Decidí hacer esto y me conviene, con esto puedo estudiar», comentó la joven.

En su vehículo hay de todo, es una verdulería andante. Vende tomate, locote, lechuga, naranja, mandarina, pomelo, mamón, cebolla, pepino, entre otros productos naturales.

La joven dijo que hay trabajos honestos para sus pares que quieran llegar al objetivo. «No se debe buscar solo plata fácil, se puede ganar con honestidad para cumplir el sueño», señaló.

Dijo que a la mañana recorre la ciudad hasta las 13.00, luego retorna a su casa. «En horas de la tarde salgo a comprar productos de mis vecinos para completar la carga, a la noche vuelvo a la ciudad para la facultad», indicó.

La joven lleva el primer año concluido de Arquitectura en la UPAP (Universidad Politécnica y Artística del Paraguay), sede Concepción. Considera que va concluir exitosamente porque está detrás de su sueño de ser una gran profesional y con apoyo de sus familiares.

Fuente: Justiniano Riveros Uh