Las fotos publicadas por la prensa sobre el hundimiento registrado en el km 60 de la ruta Concepción-Vallemí a causa de las últimas lluvias, evidenció su pobre diseño vial. Llamó la atención de la ciudadanía la capa asfáltica de esta ruta, que tiene apenas 3 cm para soportar el paso de unos 600 camiones diarios, y creando serias dudas sobre la durabilidad de su paquete estructural.
El paquete estructural que la administración anterior proyectó para la ruta Concepción – Vallemí, contemplaba la construcción de una subbase de suelo cemento de 15 cm de espesor, seguido de una base granular 90/10 de 20 cm de espesor (significa una mezcla de 90% de piedra triturada y 10% de suelo arenoso), y como calzada de rodamiento un tratamiento asfáltico triple de 3 cm de espesor, en un ancho de 7,20 m, y en las banquinas un tratamiento simple de 1,5 cm de espesor.
Según las empresas, la falta de cemento que se planteó al inicio de esta construcción para la edificación del suelo-cemento obligó a cambiar el diseño del paquete estructural licitado, que fue modificado para asegurar un ritmo sostenido de la obra.
Ello habría obligado a eliminar el suelo cemento, optando por una subbase de 15 cm compuesta de suelo ripio, más una segunda capa de 15 cm de otra mezcla de ripio y piedra triturada, sumado otra base estabilizada 90/10 de 20 cm.
Este paquete estructural se completa con un tratamiento bituminoso, tipo triple de 3 cm como calzada de rodamiento, en un ancho de 7,3, y un tratamiento simple de 1,7 cm en banquinas.
Según las consultoras entrevistadas por ABC Color, dado el elevado tránsito futuro expandido que se registra en esta ruta, dicho trayecto no soportará el tráfico de 600 camiones diarios que ya circulan por dichos tramos.
Además en líneas generales, coinciden que dado el régimen de lluvia que normalmente se registra en la zona, y el tratamiento triple como recubrimiento, no podrá soportar mucho tiempo un tráfico pesado en aumento con tales características.
Al respecto agregaron que para asegurar la durabilidad de esta vía, el MOPC debería reforzar el paquete estructural, si es posible con dos capas de 7,5 cm concreto asfáltico c/u (15 cm total), antes que se inicie el deterioro del tratamiento bituminoso (aparición de peladuras).
En la práctica suele ocurrir que al quedar expuesta la base directamente a la acción de los neumáticos, la falta de protección acelerará la destrucción de todo el paquete comenzando por la base, luego la subbase como ya aconteció en la Ruta Transchaco y convertir la vía “en un paisaje lunar”.
Igualmente señalaron nuestras fuentes que se hizo evidente la falta de suficientes alcantarillas reguladoras, para evitar el efecto de represamiento de los terraplenes cuando deben atravesar valles de inundación.
Cabe agregar al respecto, que en otras rutas del país, como el caso de la Ruta II, y el acceso al puente de Jejuí, también se produjeron cortes y hundimientos similares de las calzadas por las mismas causas. Este tramo de 60 km fue adjudicado a la firma TyC, del Ing. Francisco Griñó, por G. 157.500 millones.
Ing. Carlos Cáceres/ABC COLOR