El Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) desembolsó G. 2.472 millones para construir pozos en Horqueta (Concepción), pero una auditoría corroboró que las obras son precarias o bien se encuentran incompletas e inservibles. Los trabajos se realizaron a través de una ONG de dudosa procedencia, eludiendo la Ley 2051 de Contrataciones Públicas.
Millonarias obras viene financiando el Indert a través del Fondo de Inversiones Rurales para el Desarrollo Sostenible (Fides) sin pasar por los procesos licitatorios previstos en la Ley 2051 de Contrataciones Públicas. El mecanismo consiste en entregar directamente los fondos a las ONGs, que son elegidas por las comisiones vecinales supuestamente tras concurso de precios, pero en la práctica la elección es meramente arbitraria.
De este modo el ente firmó convenio en el 2015 con la Fundación Cerro Lambaré (Fucela) para que construya pozos en varios puntos de Horqueta, específicamente los asentamientos Espajín, Cuartelero, Choferes del Chaco, Ybyraty y Peguaho Guasu.
De acuerdo con el informe de finanzas referente a la organización Fucela, que se verifica en el MEMO 111/16, se entregó un primer desembolso de G. 1.236 millones el 30 de junio de 2015. Tras una verificación de funcionarios del equipo de Justo Cárdenas, presidente de la institución, se labraron actas en las que dijeron que supuestamente las obras estaban con el avance adecuado, lo que posibilitó el desembolso final de los restantes G. 1.236 millones.
Sin embargo, en una nota enviada el 14 de marzo pasado por las comisiones vecinales de Horqueta al intendente de dicha ciudad, Arturo Urbieta Cuevas, se puso al descubierto que los pozos tienen numerosos desperfectos y problemas técnicos que impiden la provisión del agua.
Tras esa manifestación, el entonces presidente interino del ente agrario, Jorge Torales, quien estaba reemplazando a Cárdenas mientras este tenía permiso de salud, envió nuevamente una comitiva de funcionarios para verificar el avance real de las obras en cuestión.
El diario ABC Color accedió a los informes resultantes, de fecha 18 de marzo, firmados por técnicos del Indert, que hacen referencia a que las obras de perforación no se encuentran terminadas y las que sí lo están tienen problemas de funcionamiento.
En el asentamiento Espajín, la obra de perforación del pozo se encontraba incompleta. En lugar de tener 120 metros de profundidad, solo posee 102 metros, por lo que no puede lograr la extracción de 3.000 litros de agua por hora, señala el reporte. Añade que el tanque está colocado de forma muy precaria, al igual que la caseta, que está a medio terminar y cuyo techo se encuentra completamente humedecido y desgastado por dentro. En la localidad de Cuartelero se encontró idéntica situación.
En cuanto al asentamiento Choferes del Chaco, se verificó que los caños del encamisado del pozo tienen una profundidad de apenas 70 metros, el armaje del tanque está colocado deficientemente, entre otras irregularidades. En Yvyraty se encontraron restos de materiales de construcción en casa de un vecino, al igual que un transformador de 25 KVA tirado en un predio.
Finalmente, en Peguaho Guasu hasta el momento de la verificación no habían sido proveídos los 5.000 metros de caños para la distribución a los frentistas. Los vecinos manifestaron también su preocupación por el estado de abandono de las obras, de acuerdo con el reporte.
Nuestro diario intentó tener alguna explicación del Indert respecto a todas estas irregularidades, pero hasta el cierre de esta edición, Cárdenas no contestó nuestros mensajes enviados a su teléfono con terminación 211.
Fuente: ABC Color