Los dos menores de edad de una parcialidad indígena, detenidos como nexos del EPP, nada tienen que ver con el grupo armado, según concluyó el Ministerio Público tras la investigación.

Momento en que los adolescentes llegaban a la comisaría de Santa Rosa del Aguaray. LORENZO AGÜERO
Momento en que los adolescentes llegaban a la comisaría de Santa Rosa del Aguaray. LORENZO AGÜERO

El sábado por la noche, efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta, aprehendieron a dos adolescentes indígenas de 14 y 16 años, cuando supuestamente se disponían a quemar maquinarias agrícolas en una estancia de Capitán Bado.

Las primeras hipótesis daban cuenta de que los menores fueron enviados por el EPP para prender fuego a las herramientas, en cumplimiento de una amenaza hecha por hombres vestido de camuflado, quienes advirtieron a los propietarios que dejen de fumigar.

Sin embargo, el fiscal de la causa, Benjamín Maricevich, explicó a radio UNO que esta teoría se desvirtuó por completo y que no encontró ningún vínculo entre los indígenas y la banda armada.

Es más, uno de los detenidos trabajaba para el menonita, dueño del establecimiento ganadero, quien esa misma tarde le pagó por un trabajo realizado.

 Los menores fueron imputados por tentativa de hurto, ya que supuestamente intentaron robar gasoil con una manguera. La expectativa de pena para este delito es de hasta cinco años de cárcel.

Fuente: Hoy