Tras un extenso debate, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó, con modificaciones, y devolvió al senado el proyecto de ley “Que modifica el artículo 10 de la ley N° 5407/2015, del Trabajo Doméstico”.

Camara de diputados
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En esencia el proyecto pretende que los trabajadores domésticos ganen el salario mínimo legal, atendiendo que la legislación actual establece que el sector perciba el equivalente al 60% del salario base.

El dictamen de las comisiones de Legislación y Justicia y Trabajo de la Cámara Baja, tomado en cuenta para la pertinente modificación, propone elevar el salario de los mismos del 60% al 70%, de manera a asegurar su aplicabilidad.

Durante el debate, el diputado Sebastián Villarejo (PPQ-Capital), vocero de la comisión de Legislación y Codificación, explicó que se debe tener en cuenta la implicancia real del documento remitido por Cámara Alta, el cual alentará la informalidad y generará un efecto negativo. “Es importante al votar un proyecto no sólo quedar bien, sino hacer el bien”, argumentó.

Añadió que no se puede legislar pensando en personal doméstico asunceno o de familias en posición social alta, sino también pensar en todo el global de las 250 mil trabajadoras domésticas. Finalmente, indicó que aprobar el 100%, podría poner en infracción obligatoria a miles de empleadores y generar un efecto social contrario al que se busca, por lo que considera prudente establecer un piso del 70% del salario mínimo.

Esta postura fue apoyada por el diputado Raúl Latorre (ANR-Capital), titular de la comisión de Justicia, quien tildó de “fundamental” no perjudicar a quienes se pretende ayudar con esta ley. Recordó que gran porcentaje de estos trabajadores se encuentran en casas de familias que no superan los tres salarios mínimos de ingreso y que se debe contemplar la posición de ambas partes.

“Si aprobamos la versión de Senadores corremos riesgo de que gran parte de los trabajadores domésticos pierda su trabajo o el índice de informalidad suba aún más. Con el último aumento porcentual (40% al 60%) se dio la salida de 17 mil trabajadores del sistema provisional y ahora la pregunta es si la familia paraguaya puede solventar este incremento”, indicó.

En contrapartida a lo argumentado, varios congresistas se mostraron a favor de la iniciativa y alegaron que esta es una reivindicación justa para un sector vulnerable, como es el caso de la diputad Celeste Amarilla (PLRA-Capital), quien sostuvo que los trabajadores del hogar piden algo a lo que todos los ciudadanos paraguayos tienen derecho que es el salario mínimo.

En el mismo sentido se manifestó su colega Del Pilar Medina (ANR-Central), presidenta de la comisión de Equidad y Género, quien dijo que el reclamo es justo.

Igualmente la congresista, Norma Camacho (PEN-Central), apoyó el dictamen de Equidad. Sin embargo, pese a los argumentos, el pedido de aprobación sin modificaciones fue rechazado por 36 votos, con lo que el documento vuelve al Senado.