Tienen una sentencia favorable de la Corte Suprema de Justicia, pero no se realiza la transferencia a nombre de la asociación que nuclea a estos trabajadores de la alejada comunidad concepcionera.

Leña. Estas personas llevan el combustible para un horno de cal, donde trabajan 11 familias.
Leña. Estas personas llevan el combustible para un horno de cal, donde trabajan 11 familias.

Por Justiniano Riveros

SAN LÁZARO

Pobladores de San Lázaro, Departamento de Concepción, exigen al Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) la transferencia de cuatro cerros de piedra caliza que actualmente están en manos privadas. La lucha data de hace 50 años y la transferencia se dilata, pese a las sentencias judiciales favorables para los lugareños.

La Asociación de Caleros Unidos y Afines de San Lázaro planteó hace muchos años, vía judicial, la concesión de cuatro cerros que tienen suficiente piedra caliza atendiendo a que en época de la dictadura (Stroessner) fueron entregados a dominios particulares.

Sin embargo, la Asociación logró vía judicial (sentencia de la Corte Suprema de Justicia número 188) adjudicarse las 114 hectáreas donde están los cerros identificados como lotes 30, 38, 45 y 54, a fin de trabajar sin obstáculos en la explotación mineral y mantener dignamente a sus familias. «Esta lucha lleva cerca de 50 años y ahora que tenemos la sentencia a nuestro favor, las autoridades del Indert dilatan la transferencia sin motivos claros», dijo Miguel Sevila, presidente de la Asociación de Caleros Unidos y afines de San Lázaro.

Remarcó que San Lázaro quedó relegado y que nunca hubo presencia del Estado en la antigua comunidad. Pidió a las autoridades nacionales agilizar las gestiones tendientes a transferir los cerros a la asociación que incluso se convirtió en cooperativa, tal como se sugirió en su momento. «Nos mantenemos gracias a este trabajo, acá no hay otro rubro para sobrevivir y creemos que el Indert tiene la intención de conceder a empresas grandes que fundirán a las pequeñas empresas locales», destacó.

Los pobladores tienen la sospecha de algún tipo de negociado, ya que el lote 54 está siendo alambrado supuestamente por orden del licenciado Julio Monges, persona desconocida para la Asociación de Caleros. «Desconocemos a esta persona y el trabajo de alambrado prosigue, por ello exigimos la presencia de la gente del Indert para verificar in situ lo ocurrido», señaló Julián Ortiz, concejal municipal y dueño de una calería.

Indicó que actualmente los caleros trabajan sin basamento legal, porque los cerros están aún en los documentos bajo dominio de personas particulares. «Creemos que somos los herederos de estos lugares que históricamente pertenecían a nuestros ancestros», sostuvo.

Fuente: Uhora