A sus 83 años sigue sembrando mandioca, batata y maíz para el consumo familiar. Tiene su chacra en Jhugua Rivas Boquerón, en Concepción. Su espíritu de trabajador le impulsa para seguir cultivando.

Diariamente acude a su chacra. Pese a los años, aún con fuerza para producir

Hace 50 años que Graciano Alfonso (83) se dedica a la siembra en Concepción. Pese a que la agricultura se debilita día a día en el sector rural, él es un ejemplo motivador que alienta a seguir apostando a la producción agrícola para el autoconsumo.

Pese a su edad, Graciano rompe todo tipo de barreras que los años pudieran imponer al ser humano y sigue produciendo alimentos para la familia. En relación con su edad y su gran espíritu de trabajo, dijo que no acostumbra quedarse en su casa sin hacer nada. “Me siento con fuerza y por ello todos los días estoy en la chacra y voy a seguir produciendo hasta el último”.

Sin problemas para la carpida, pese a que su azada está muy gastada por los años

Graciano Alfonso es poblador de Jhugua Rivas Boquerón, distrito de Loreto, de Concepción. Pese a su avanzada edad, sigue trabajando en cultivos de autoconsumo, especialmente mandioca, batata y maíz.

Para el labriego no hay barrera del tiempo para no estar en su chacra. Actualmente, ha dejado de lado el machete y utiliza la desmalezadora para limpiar los matorrales. Su azada es su compañía diaria para mantener sus cultivos limpios y ordenados.

Graciano en su época de juventud era estanciero y trabajaba en las estancias como peón. “Después de casarme empecé a trabajar en la chacra y nunca más la dejé, hace como 50 años”, contó.

La agricultura no es solo su alimento, sino que permitió sustentar a sus 5 hijos, quienes hoy en día ya le dieron nietos y bisnietos. “Ahora ya no cultivo productos de renta, sí para el consumo en el hogar como mandioca, batata y maíz”.

Desmalezadora en vez de machete.

SIN APOYO ESTATAL. A Graciano Alfonso a lo largo de su experiencia en la chacra nunca tuvo apoyo del Gobierno para mejorar su productividad. “Mire mi azada ya es muy chiquita, los políticos nunca me trajeron algunos implementos, nunca el gobierno me ayudó”, lamentó.

En el 2022 hubo ataques de plagas y una prolongada sequía que no ayudaron a producir. Sin embargo, en esta temporada la naturaleza le acompañó y su producción es óptima, principalmente la mandioca, que es el producto más consumido en la mesa familiar. “Este año comenzamos bien, de nuevo tenemos mandioca y batata que no debe faltar en la mesa campesina”.

El hombre vive con su esposa y una hija y, pese a la humildad de la familia, nunca hubo escasez de alimentos en su mesa. “Muchas familias no tienen mandioca, que es el principal alimento en el campo, por eso, siempre lucho en que eso no falte en casa”.

Fuente: Última Hora