Por Félix Ramos (Periodista)

El principal termómetro para medir las coyunturas propias del devenir político en un régimen democrático constituyen, sin lugar a dudas, las elecciones. En este sentido, los afiliados al Partido Liberal Radical Autentico participaron de unas elecciones internas, que basadas en un análisis superficial parecieran no relevantes. Sin embargo, considerando la realidad del Distrito de Concepción son de vital importancia, ya que es el partido en función de gobierno.

El pueblo premia o castiga a través de los votos
El pueblo premia o castiga a través de los votos

El pueblo liberal concepcionero, institucionalmente acéfalo desde hace un buen tiempo, se expresó a través de las urnas y al hacer un análisis primario de los resultados se interpretan claramente dos mensajes: en primer término, es evidente el hartazgo de la gente hacia las viejas prácticas criollas de la política, entiéndase clientelismo, prebendarismo y principalmente los discursos excluyentes y cargados de ataques personales. Esto se expresó en la escasa participación (poco más del 20 %), más  acentuada aun en lo que se refiere a los jóvenes, cuyo promedio fue de quince a veinte votantes por mesa aproximadamente.

Por otra parte, la gente que acudió a depositar su voto dejó sentada una postura clara ante la coyuntura actual que atraviesa el estamento político y administrativo más cercano, el municipio. A través de la principal herramienta democrática, parte de la ciudadanía dijo estar cansada de la desfachatez de sus mandatarios, que escondidos detrás de mayorías circunstanciales vienen pisoteando principios básicos de la Democracia, desoyendo la voluntad de sus legítimos mandantes.

La esperanza que todos los ciudadanos abrigamos a partir de ahora es que este episodio sea la aguja que explote la burbuja en donde se han metido algunos de nuestros representantes, a los cuales exigimos un mínimo de sentido común y madurez para rectificar el rumbo de manera urgente.

Por de pronto, los liberales concepcioneros han instalado un nuevo capitán en su barco y dieron un golpe de timón, marcando la nueva trayectoria. Esperamos por el bien de todos que algunos marineros dejen de amotinarse.