Pobladores de los asentamientos campesinos Paz y alegría y 1º de mayo, ubicados entre los distritos de San Carlos, San Alfredo y San Lázaro, Departamento de Concepción, pidieron esta semana al obispo diocesano, monseñor Miguel Ángel Cabello, su intermediación para solucionar sus graves problemas sociales como la falta de legalización de sus tierras.

Encuentro en el local escolar
Encuentro en el local escolar

Los habitantes asentados en las 10.000 hectáreas de tierra donadas por las empresas Agropozo SA y Agroganadera Estrella SA se encuentran en la incertidumbre, ya que, a más de un pedido de reconsideración de la donación presentada por Felino Amarilla, no pueden acceder a los servicios básicos como electricidad y agua corriente.

Ramón Aranda, líder de Paz y Alegría, indicó que el principal obstáculo que encuentran es la situación de sus tierras, porque de la legalización depende para obtener la electrificación, agua corriente, puestos sanitarios y mejores escuelas. “Ningún ministerio quiere invertir porque las tierras no son del Estado, queremos solución a este problema y pedimos al intendente de San Carlos y al obispo que nos ayuden”, señaló.

Explicó que muchas gestiones ya realizaron y que cuentan con sendos documentos de pedidos hechos a las instituciones como el Indert, ANDE, Senasa, pero que hasta el momento no tuvieron respuestas.

El intendente de San Carlos, Luis Aníbal Schupp, dijo que la única persona que puede ayudar ante las autoridades es el obispo Cabello, a quien lo considera un pastor joven y dinámico dentro de la Iglesia Católica.

Agrego que Felino Amarilla tiene la intención de recuperar las tierras donadas, no así Yambay, que solo quiere que se depuren los asentamientos de algunos ciudadanos brasileños que se habrían apoderado de unas cuantas parcelas.

Monseñor Cabello sostuvo que por primera vez visitó el lugar, donde pudo comprobar la difícil situación en que se encuentran los ciudadanos paraguayos. Faltan muchas cosas y con su visita comprueba las necesidades que hay.

Prometió acercarse a las autoridades pertinentes para plantear las inquietudes y necesidades de la población.

La Policía y el Registro Civil se hicieron presentes por primera vez en Paz y Alegría. Don Erpidio Correa se inscribió por primera vez en el Registro Civil a sus 66 años.

Fuente: Uh