Desde diciembre de 2016, los vecinos iniciaron una frontal lucha contra el vertedero municipal que estaba en paupérrimas condiciones, provocando la proliferación de insectos y alimañas, especialmente moscas que invadían las viviendas de los vecinos del km 8, 9, 10 y otras localidades.
En enero, la Seam y la Fiscalía constataron la mala disposición de manejos sólidos (esparcidos en el suelo sin segregación), depósito de residuos hospitalarios sin criterio ambiental, disposición de cubiertas en desuso. No se observó una laguna para tratamiento de lixiviado, pero sí una zona baja inundable que acumula aguas y residuos.
También consta en actas la presencia de moscas, flujos residuales, la falta de chimeneas para despedir los gases y la licencia y plan ambiental del basurero.
La Intendencia sostiene que es imposible la clausura porque Concepción produce 80 toneladas de basura por día y que el daño sería para la ciudadanía en general. Alejandro Urbieta manifiesta que siempre aplicaron las medidas exigidas, conforme a las posibilidades ambientales, materiales y financieras.
Los vecinos insisten en que el vertedero sea trasladado a otro lugar. Ayer cerraron el acceso exigiendo la comparecencia del intendente ante la fiscalía. Urbieta presentó una recusación contra el agente fiscal, Carlomagno Alvarenga, por tener una manifiesta amistad con él.