El joven Arlan Fick, secuestrado y luego liberado por el EPP, compareció ayer ante la jueza Eva de Whitte, en el Juzgado de 1ª Instancia de la ciudad de Horqueta, en el marco de la causa de su plagio y manifestó que no identifica a sus captores porque nunca los miró a la cara. Por su parte, la Fiscalía sostiene que cuenta con elementos suficientes que involucra al grupo armado en el hecho.

Juzgado. Arlan Fick es acompañado por su padre, Álcido, en el Juzgado de Horqueta.
Juzgado. Arlan Fick es acompañado por su padre, Álcido, en el Juzgado de Horqueta.

La diligencia se realizó a través de la cámara Gesell como un anticipo jurisdiccional de pruebas para eventuales juicios orales.

Según explicó el fiscal antisecuestro, Joel Cazal, el joven dio datos importantes y extensos de lo ocurrido. Dijo que, aparte de eso, hicieron varias preguntas que interesan a la investigación. No obstante, Arlan se ratificó en que no pudo ver los rostros de sus captores porque en la mayor parte estaban con vendas en los ojos. “Él dijo que evitó luego mirarlos, porque tenía la advertencia de que si veían los rostros podrían morir”, indicó el fiscal.

Indicó que, según relató el joven, siempre se movían de lugar y que se mantenían en los montes caminando mucho. “No refirió que hayan estado en alguna vivienda, siempre se movieron en los montes”, dijo Cazal.

Según el fiscal, Arlan dijo que nunca recibió maltrato ni físico ni psicológico y que personalmente él siempre fue obediente a las orientaciones del grupo armado y no buscó poner en riesgo su integridad.

También refirió a la jueza que no le faltaron alimentos y ropas durante su cautiverio y que, pese a las largas caminatas, soportaban porque había buena alimentación.

Cazal dijo que el joven comentó en sus declaraciones episodios que refieren a Edelio Morínigo, pero que no hará público por tratarse de una cuestión investigativa. “Nosotros vamos a someter a un análisis las declaraciones y seguir adelante con las investigaciones”, sostuvo.

Indicó que aunque no se haya pedido un test psicológico, se evidencia que al joven no le gusta recordar el pasado, por lo que estuvieron dos psicólogas siguiendo las declaraciones. “La prueba psicológica vamos a realizar en otro momento con otro psicólogo”, explicó Cazal.

Acotó que el joven testificó que ya está rehaciendo su vida siguiendo dos cursos paralelos a los efectos de recuperar el año académico perdido y que ya está readaptado entre sus compañeros en Azotey.

El fiscal señaló que entre los imputados por este caso está la señora María Gloria González, cuyos defensores estuvieron participando en la testifical.

La comparecencia tuvo una duración de 2 horas y contó con la presencia del fiscal antisecuestro Joel Cazal y los abogados defensores Fátima Pereira y Federico Hetter, además de los psicólogos Rosseli Bogado y Rosa Bidondo.

Fuente: Uhora