La situación de los adultos que deambulan en las calles de Concepción es crítica, ya que no tienen ninguna institución que los proteja. Sobreviven con la mendicidad y son adictos a bebidas alcohólicas. Se suman a sus males las bajas temperaturas.

A su suerte. Los adultos sobreviven de la mendicidad.
A su suerte. Los adultos sobreviven de la mendicidad.

Son 6 los que viven en la indigencia; se encuentran en las plazas y parques de la ciudad. Algunos juntan latitas para comprar sus vicios, otros, simplemente dependen de la caridad. Según se pudo observar, todos son adictos a bebidas alcohólicas.

“Perdí a mis padres y tuve una fractura, me vine a esta ciudad y no tengo casa dónde vivir, tampoco tengo dinero”, señaló en guaraní De Los Santos Fretes, uno de los adultos que viven en la calle y que dice ser de Puerto Pinasco.

El hombre de 62 años y otro ciudadano de apellido Ortiz de Horqueta, con la misma condición, se encontraban ayer a la mañana acostados en la vereda del club Adolfo Riquelme. La temperatura marcaba 11 grados y sin frazadas descansaban alli.

Otras 2 a 3 personas suelen deambular en el parque Agustín Fernando de Pinedo, en el Mercado Municipal y los paseos centrales. El Ministerio de Salud tiene en Concepción un Hogar de Ancianos, que tiene limitada capacidad y recibe solo a ancianos sin vicios y con su consentimiento, mientras la Municipalidad no cuenta con ningún programa de asistencia y ayuda a estas personas.

Albergue transitorio.

La Gobernación de Concepción habilitó como medida de urgencia un albergue transitorio, donde el jueves recogió a 4 personas, entre ellas, Fretes y Ortiz. Incluso, el primero fue derivado al Hospital Regional por su problema de salud a consecuencia de la fractura.

Graciela Ruiz, de la Secretaria de Gestión de Riesgos, reconoció la no existencia de un albergue permanente que, a su criterio, hace mucha falta de esta ciudad.

Fuente: Ultima Hora