Un verdadero ejemplo de amor y perseverancia. Don Eleuterio Cristaldo, de 90 años, y doña Francisca Ruiz, de 88, conmemoraron este sábado sus 70 años de matrimonio en una emotiva reunión familiar en la localidad de Jhugua Tadeo, distrito de Paso Horqueta.

Con la renovación matrimonial se inicia la fiesta

Acompañados por 9 de sus 13 hijos, así como 32 nietos y 25 bisnietos, la pareja fue homenajeada por su extensa familia, que resaltó su compromiso y sacrificio a lo largo de seis décadas. Lamentablemente, cuatro de sus hijos han fallecido, entre ellos la Hermana Marta, quien dedicó su vida al servicio religioso.

Una de sus hijos llegó de España para compartir con sus padres

Un Amor Forjado en la Fe y la Perseverancia

Eleuterio y Francisca se conocieron en la iglesia, donde ambos colaboraban en las misas y cultos dominicales. Tras cumplir con el servicio militar, él la encontró en la iglesia católica de Frontera Curuzú Ñú. En febrero de 1955, con apenas 20 y 18 años, decidieron unirse en matrimonio, comenzando así una vida marcada por el esfuerzo y la fe.

«Pasamos momentos difíciles porque éramos pobres y teníamos muchos hijos, pero siempre mantuvimos nuestra fe en Dios y seguimos adelante», recordó don Eleuterio.

Doña Francisca aun vigorosa bailando la música de ocasión

Doña Francisca, por su parte, destacó el incansable esfuerzo de su esposo para mantener a la familia: «A pesar de nuestras limitaciones económicas, él siempre fue un hombre trabajador y, gracias a eso, nunca nos faltó nada». También expresó su gratitud hacia sus hijos por organizar la celebración y afirmó que, a pesar de los desafíos, continúa siendo fuerte para cuidar de su esposo, quien actualmente padece ceguera.

Con hijos, nietos y bisnietos

Pedro Cristaldo, uno de sus hijos, señaló que la historia de Eleuterio y Francisca es un testimonio de amor, resiliencia y compromiso, un verdadero ejemplo para las nuevas generaciones sobre la importancia del respeto y la unión familiar.

La celebración incluyó una ceremonia de renovación matrimonial, oficiada por el sacerdote Fernando Florentín Solis, párroco del barrio San Antonio de Concepción, marcando un día de alegría y reflexión para todos los presentes.