Un agricultor produce de todo un poco en esta ciudad. Se trata de Pablo Acosta (70), quien decidió mudarse en el año 1986 del barrio Ykua Porã hasta el centro urbano de la localidad, luego de un asalto que sufrió uno de sus pequeños hijos.

Don Pablo Acosta en su chacra/ABC
Don Pablo Acosta en su chacra/ABC

Acosta está casado con Dora Barúa (69), con quien tiene ocho hijos, que actualmente viven en el barrio Las Palmas de esta localidad. Su propiedad, ubicada a solo un kilómetro del casco urbano de la comunidad, tiene veinte hectáreas, donde produce frutas como piñas, naranjas, bananas y peras, así como caña dulce, mandioca, maíz y todo tipo de alimentos para el sustento familiar.

Recordó que en 1986 su hijo Joel, que tenía 8 años, se trasladó en bicicleta a una despensa, cuando fue detenido por un individuo que intentó sacarle la bicicleta. Dijo que él escuchó el pedido de auxilio de su hijo y acudió inmediatamente para socorrerlo, cuando el malviviente decidió huir.

Señaló que como se dieron otros hechos similares, él decidió venir a vivir en el centro urbano de la comunidad.

Acosta sostuvo que no vendió sus tierras en el barrio Ykua Porã, y ahora la utiliza para el cultivo de rubros de consumo, que trae para su familia y también los vende en pequeña cantidad. Afirmó que no puede producir verduras y hortalizas porque existen personas que las roban.

Por otra parte, dijo que los campesinos que vendieron sus tierras para migrar a la ciudad donde se crearon las villas cometieron el error porque en la zona urbana no encuentran fuentes de trabajo, razón por la cual crece la inseguridad.

Indicó que los labriegos que aún cuentan con sus lotes deben utilizarlos para producir los rubros de consumo, porque para él es un placer trabajar en la agricultura, añadió.

Fuente: Freddy Rojas/ABC