Una de las pocas y mejores noticias desde el estallido de la pandemia del coronavirus es el anuncio, el pasado mes de noviembre, de que la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech tenía una efectividad de más del 90%. Pero pese a ello, algunas voces llaman a la cautela.

Imagen de la ampolla de la vacuna contra la Covid creada por Pfizer y BioNTech.
EFE /



William Haseltine es un veterano ejecutivo de biotecnología y experto en enfermedades infecciosas, que en declaraciones a Business Insider declaró que quería ver los datos subyacentes para respaldar la afirmación de la compañía acerca de la eficacia de la vacuna.

Haseltine, que ya había criticado anteriormente a otro de los contendientes en la carrera por la vacuna contra el coronavirus, Moderna, por promocionar los resultados del estudio en comunicados de prensa antes de publicar datos detallados, dijo que en el comunicado de Pfizer no había ningún dato.

El análisis por el que da Pfizer la efectividad se basó en 94 casos de Covid-19 entre los participantes del estudio, pero Pfizer no compartió un desglose exacto de cuántas personas enfermaron al recibir la vacuna de Pfizer en comparación con el placebo. El comunicado, denuncia Haseltine, tampoco especifica cuántos de los casos fueron graves o leves o si los diferentes grupos de edad tenían diferentes niveles de protección.

«Esto es ciencia por pronunciamiento público», dijo Haseltine, que es presidente de Access Health International, un grupo de expertos en salud sin ánimo de lucro. También ha fundado y dirigido varias empresas de biotecnología, incluida Human Genome Sciences, que finalmente fue comprada por GlaxoSmithKline por tres mil millones de dólares.

Muchas preguntas pendientes

«Es una noticia muy bienvenida que la vacuna tenga un efecto medible, pero hay muchas, muchas preguntas pendientes que quedan sin respuesta», dijo este experto.

La principal de esas preguntas es que no sabemos si la vacuna de Pfizer previene la infección, lo que aumenta la posibilidad de que siga habiendo portadores asintomáticos.

La pregunta que se hace Haseltine es ¿esta vacuna previene tanto la infección como la enfermedad?

El ensayo de Pfizer no incluye una evaluación regular de los voluntarios para evaluar las infecciones asintomáticas. Eso puede significar que las personas vacunadas aún podrían convertirse en portadores asintomáticos y transmitir el virus a otras personas sin saberlo.

«Ese es un punto importante que no creo que la mayoría de la gente aprecie», añadió Haseltine. «No significa el fin de la epidemia», sentenció.

Haseltine también plantea la cuestión de si la vacuna reduce las enfermedades graves y, en última instancia, afecta el número de hospitalizaciones y muertes.

Según el experto, los hallazgos del estudio están limitados por su objetivo principal, que no distinguía entre un paciente con Covid-19 levemente enfermo, tal vez alguien con fiebre leve y tos durante unos días, y alguien que está críticamente enfermo.

Por último, y según Haseltine, el comunicado de Pfizer no mencionó si la vacuna parecía tan efectiva en diferentes subgrupos, como las personas mayores, que son más susceptibles a los peores resultados del virus.