A casi 12 meses del secuestro del suboficial Edelio Morínigo por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), sus familiares se mantienen firmes por la fe y esperanza, aguardando su liberación.

Esposa. Elisa Mabel Ledesma asegura que aún tiene fuerzas. Exigió al EPP que lo libere de una vez por todas.
Esposa. Elisa Mabel Ledesma asegura que aún tiene fuerzas. Exigió al EPP que lo libere de una vez por todas.

El 5 de julio se cumplirá un año de su cautiverio en poder del grupo armado. Se trata del secuestro más prolongado en la historia de Paraguay. El hecho ocurrió dentro de la estancia Macchi Cue, zona de Tacuara, en el distrito de Horqueta.

Doña Obdulia Florenciano de Morínigo, madre del suboficial, sostuvo que la familia se encuentra debilitada por la tristeza y falta de información, pero que la esperanza sigue manteniéndola de pie en espera de la vuelta de su hijo.

Pidió la liberación de Edelio porque cree que no hay argumento para mantenerlo tanto tiempo en cautiverio. “Mucho ya sufrimos, más aún porque no sabemos nada de él y no sabemos cómo esta”, lamentó Doña Obdulia.

Recordó que el año pasado, el 21 de junio, él le había festejado su cumpleaños y que 15 días después secuestraron a Edelio estando de casería con sus amigos. “Parecía una despedida el festejo que me hizo mi hijo, nadie se imaginaba que 15 días después lo llevaría este grupo”, expresó.

Por su parte, la esposa de Edelio, Elisa Mabel Ledesma, lamentó la actitud del grupo armado. Consideró que el castigo no es al gobierno ni a los ministros, sino a los familiares quienes sufren día a día la ausencia del policía.

“Ya es mucho, lo tienen sin razón, les suplico que lo liberen”, exclamó la mujer.

Destacó que ella tiene mucha fuerza, pero que últimamente ya comienza a decaer por la falta de noticias. “No hay información de él, no entiendo lo que pasa”, declaró. También se acordó de que hace un año, su marido le había festejado su cumpleaños y el de su suegra, sin imaginarse que dos semanas después ocurriría algo terrible.

Comentó que su marido acostumbraba ir de casería con sus amigos, entre ellos, hermanos y sobrinos de ella. “Ese día alquilaron la una camioneta y se fueron a la cacería como lo hacían de vez en cuando, especialmente en tiempo en que él tenía días libres”, manifestó. Tras el rapto, los secuestradores devolvieron el celular y billetera de Edelio. Estos objetos constituyen el recuerdo del uniformado que tiene su mujer.