El tereré es una bebida refrescante que consideramos como un símbolo nacional de amistad y compañerismo. Su día se celebra el último sábado de febrero y, en conmemoración, te contamos más sobre este tradicional brebaje.

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Agua, abundante hielo, yerba mate y, en algunos casos, una mezcla del famoso pohã ñana son los ingredientes que componen el tan querido tereré. La bebida nacional se ganó un lugar en nuestro calendario y celebra su día este sábado.

Más allá de solo recordarlo cada año, el Día Nacional del Tereré se creó con el fin de proteger y fortalecer la identidad paraguaya. Mediante la Ley 4261/11, esta fecha cobró especial protagonismo cada mes de febrero.

De acuerdo con la historia, el tereré es de origen precolombino y tuvo auge durante la Guerra del Chaco (1932-1935), pues las tropas paraguayas lo consumían para filtrar el agua turbia de los tajamares y poder beberla.

Asimismo, era un tipo de técnica para racionalizar el agua y refrescarse para soportar sus largas e interminables jornadas.

Su inmenso valor cultural y el paso del tiempo lo convirtieron en un compañero infaltable en la casa o la oficina. Una jarra de vidrio o plástico como también un termo, un vaso o una guampa y una bombilla son los utensilios que hacen posible este reconocido ritual.

Pero el tiempo no solo lo hizo popular en la vida de los paraguayos, sino también propició una serie de reglas no escritas que son prácticamente inquebrantables en cada ronda.

Reglas no escritas del tereré

El primer sorbo es para Santo Tomás. ¿Quién no ha oído eso alguna vez? Según la tradición, el primer mate debe ser ofrendado al Pa’i Zumé o Santo Tomás, el santo patrono de la yerba mate.

Para ello, hay que cebar el primer tereré con el agua casi hasta el borde de la guampa y aguardar algunos minutos, hasta que la yerba seca absorba casi todo el líquido, humedeciéndose. De esta forma se interpreta que Santo Tomás ya «bautizó» la bebida.

Otra costumbre popular es que el más joven del grupo sea quien sirva el tereré a los mayores.

Las reglas no escritas del «terere jere» establecen que el cebado debe correr siempre de derecha a izquierda, de manera equitativa, sin «viros» privilegiados ni «salteos» injustos. Cuando alguien ya no quiere que se le sirva en la ronda, simplemente debe decir: “¡Gracias!».

El tereré es una bebida nacional que fue declarada Patrimonio Cultural por el Congreso.

Una de las tantas creencias que también trajo consigo el tereré es que a la persona que tome el último sorbo de la ronda “la va a querer su suegra”, o si por accidente, al mover la guampa cargada de agua, se derrama la yerba en las manos es símbolo de prosperidad.

El tereré rupa, un infaltable

La evolución de esta popular infusión fría dio paso además al «tereré rupa» (la cama del tereré). Una comida rápida que debe ser consumida antes de empezar a beberlo.

Pues, según la creencia, no se debe tomar el tereré en ayunas porque «golpea el estómago».

Entre las opciones más comunes se encuentra la empanada con pancito o tortillas con mandioca. De igual forma, muchos optan por recalentar sobras de la cena anterior, llamadas popularmente «ype rova» (cara de pato).

¿Quién se lleva el título?

Es cierto que una de sus cualidades es que puede lograr la integración y unidad de un grupo. Pero esto no es tan aplicable cuando se cuestiona el origen de la tradicional bebida con los vecinos de Argentina y Brasil.

Pues, el tereré también se consume con frecuencia en los estados de Mato Grosso del Sur y Paraná, en Brasil, y las provincias de Misiones y Corrientes, en Argentina.

Históricamente, la lucha de quien se lleva el título de pertenencia ha generado cierta fricción entre los tres países. Esto debido a que rondan varias versiones sobre su origen en estas naciones.

La mezcla del pohã ñana es un ingrediente infaltable del tradicional tereré.

Una investigación de la Universidad de Corumbá, Brasil, asegura que los pueblos guaraníes ya bebían el agua fría con la yerba mate en recipientes vegetales (hechos de los frutos conocidos como mates o porongos), sorbiéndola con varillas huecas de takuara, en épocas anteriores a la independencia, en la zona del Pantanal de Mato Grosso.

Mientras que inmigrantes ucranianos y rusos, en la región de Itapúa, inventaron una variante de tereré con jugos dulces de frutas o gaseosas, al que se denomina popularmente «tereré ruso».