Es un fármaco de uso veterinario. La etapa inicial del estudio comprobó que reduce la carga viral en pacientes con Covid-19. 

Está confirmado por la ciencia: la ivermectina -un fármaco extendido en uso veterinario- reduce la concentración viral de pacientes afectados por COVID-19. La primera etapa de un trabajo desarrollado por científicos argentinos resulta la primera evidencia científica disponible en el mundo, que logra comprobar el efecto de esa droga sobre el coronavirus bajo condiciones in vivo en pacientes infectados.

El resultado fue informado este miércoles por el Ministerio ce Ciencia y Tecnología. Se trata de una experiencia que comenzó hace cuatro meses y estuvo a cargo de un consorcio público-privado dirigido por el científico Alejandro Krolewiecki, del Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de la Sede regional Orán de la Universidad Nacional de Salta (UNSa).

Los expertos explicaron que la administración de ivermectina, a dosis de 0,6 miligramos por kilo de peso (el triple de lo usado habitualmente) «produce la eliminación más rápida y profunda del virus cuando se inicia el tratamiento en etapas tempranas de la infección (hasta 5 días desde el inicio de síntomas)».

El estudio comenzó a fines de mayo, después de que el consorcio fue seleccionado entre los proyectos COVID-19 financiados por el ministerio. En este caso, se otorgaron casi 6 millones de pesos para hacer los ensayos, pruebas y evaluaciones. Se hicieron pruebas clínicas sobre 45 pacientes con enfermedad leve o moderada en distintos centros asistenciales (CEMIC, Muñiz y Alta Cuenca de Cañuelas). De ese total, a 30 se les administró ivermectina en altas dosis y el resto quedó como control. Incluyeron las mediciones de seguridad del medicamento, cuantificación de virus en secreciones respiratorias y niveles de ivermectina en sangre.

«Quienes recibieron el medicamento presentaron una respuesta antiviral significativamente diferente a los no tratados, el efecto se evidenció en la disminución más profunda de virus en secreciones», explicó Krolewieky a Clarín. El investigador aseguró que «lo mas relevante es que se trata del primer estudio que demuestra en enfermos el efecto de la ivermectina. En todo el mundo se estaba esperando una comprobación para establecer si este fármaco tiene potencial para tratar enfermos de coronavirus».

Es el primer paso. Ahora, los expertos deberán realizar otras investigaciones para establecer métodos de aplicación clínica y la eventual posibilidad de usarse como herramienta de prevención.

Reduce la carga viral y por lo tanto la capacidad de contagio de los infectados. La ivermectina ya pasó de los ovinos a humanos. Hace años que se usa -entre otras- para los parásitos, aunque en dosis menores. Por eso en el proyecto intervino también el Centro de Investigaciones Veterinarias de la Universidad de Tandil (Civetan), de extensa trayectoria en conocimiento de las propiedades farmacológicas de ivermectina.

El punto de partida de esta experiencia fue la publicación de un paper elaborado por un equipo australiano que demostró, en abril de este año, un efecto del fármaco de inhibición de la replicación del virus en condiciones de laboratorio in vitro.

«Apoyados en nuestro conocimiento de la farmacocinética de ivermectina, diseñamos un régimen de tratamiento a dosis elevadas que fueron la base de un ensayo clínico controlado con pacientes COVID-19 positivos», explicó Carlos Lanusse, director del Civetan.

El profesor de Farmacología de la Unicen, Adrián Lifchitz, estuvo a cargo del análisis de las concentraciones de ivermectina en las muestras de plasma de los pacientes tratados en el ensayo. «Constatamos que la medicación producía una rápida eliminación viral del organismo y eso ayuda a disminuir la probabilidad de contagio. El efecto que provoca la ivemectina sobre la tasa de desaparición del virus, depende de la cantidad del fármaco que se absorbe (cantidad que ingresa al organismo), luego de las tomas vía oral. Esto se convierte en una prueba de concepto de alto valor científico: confirma la necesidad de la utilización de niveles de dosis superiores a los tradicionalmente aplicados«, dijo el investigador de Conicet e integrante del Civetan.

«Nos embarcamos en este proyecto para encontrar una herramienta que sirva para curar, prevenir y acotar los efectos de la enfermedad», resumió Krolewiecki.

El diseño, desarrollo y análisis del estudio es una cooperación público-privada conformada por el Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (CIVETAN), UNCPBA- CICPBA-CONICET; la Plataforma de Servicios Biotecnológicos-COMTra-Universidad Nacional de Quilmes; el Laboratorio EleaPhoenix S.A. (cofinanció el proyecto); el Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales – Universidad Nacional de Salta – CONICET y el Laboratorio de Virología del Hospital Garrahan.

La “Unidad Coronavirus” se creó para poner a disposición todas las capacidades de desarrollo de proyectos tecnológicos, recursos humanos, infraestructura y equipamiento para realizar tareas de diagnóstico e investigación sobre el Coronavirus SARS-CoV-2. Es una iniciativa del ministerio de CyT y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación. Al comienzo de la pandemia se abrió una convocatoria y se presentarón 710 proyectos sobre COVID-19.

Fuente Clarín Argentina