En un comunicado leído por el vicario general de la diócesis de Concepción, se pide la libertad de los secuestrados y más presencia del Estado. “Son cuatro años de calvario”, expresó una de las hijas del ganadero.

La misa se celebró en la Iglesia Catedral

Obispos y sacerdotes de la Diócesis de Concepción emitieron ayer un comunicado en el cual piden la liberación de los secuestrados, envían solidaridad a sus familiares, marcan distancia de secuestradores, narcotraficantes y matones, y piden más presencia del Estado en el departamento.

El documento, que fue dado a conocer en el día en que se cumplen 1.461 días del secuestro de Félix Urbieta, no olvidó a los secuestrados. “Pedimos la pronta liberación de los secuestrados Félix Urbieta, Edelio Morínigo, Óscar Denis. La verdadera liberación no se impone con violencia, se conquista con buenas acciones”, comienza diciendo el documento leído por monseñor Miguel Cabello, obispo de la Diócesis de Concepción.

Luego envía su firme solidaridad a los familiares que fueron víctimas de los secuestradores y de quienes lucharon contra ellos.

En el siguiente punto, manifiesta la postura firme de la Iglesia Católica en relación con los grupos armados y crímenes organizados. “Declaramos que la Iglesia no es, ni puede ser afín a ningún grupo armado y criminal, llámese EPP, ACA, matones, secuestradores, narcotraficantes, etc.”, reza parte del escrito.

UNA PESADILLA. Por su parte, Liliana Urbieta, una de las hijas de Félix Urbieta que hoy cumple cuatro años de estar en cautiverio, indicó que su familia está viviendo un calvario y claman por noticias del hombre.

“Son cuatro años de calvario, de sufrimiento, de angustia”, comentó Liliana en comunicación telefónica con la Redacción de ÚH.

Caía la noche cuando integrantes del Ejército del Mariscal López llegaron hasta la estancia Dos Hermanas, en Belén, Departamento de Concepción, y llevaron a la fuerza al ganadero. Para su hija, el EML sigue siendo parte del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), al que hacen responsable de la desaparición de su padre.

Explicó que la última comunicación que tuvo la familia con los captores de su padre fue en el 2017, cuando dejaron en USD 350.000 el monto para el rescate. “No pudimos juntar el dinero, nos faltó y la persona que nos tenía que facilitar no nos respondió; ya todos saben quién es”, dijo al referirse a Jarvis Chimenes Pavão, a quien también había acudido la familia de Arlan Fick.

Hoy, a las 8:00, la familia Urbieta hará una rueda de prensa en Horqueta para pedir al grupo armado alguna noticia de don Félix.

Fuente: Ultima Hora